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RUBÍ

 

 

Su denominación proviene del latín ruber, que significa rojo. Su principal característica es el intenso y brillante color rojo que su propio nombre indica. Este color es debido a los metales que lo componen, el hierro y el cromo. Pertenece a la familia del corindón –igual que el zafiro- y tiene una dureza de 9 en la escala de Mohs. Es la piedra de mayor dureza después del diamante.

Cuando se extrae de la naturaleza, el rubí presenta un aspecto parco y tosco, pero, una vez seleccionados los que se van a utilizar en joyería y después de ser tallados, adoptan ese exclusivo tono radiante que les hace tan majestuosos. A tener en cuenta que solamente entre el 1% y el 5% de los rubíes extraídos de la naturaleza son seleccionados para su uso en joyería.

Aprenderemos más detalles acerca de esta piedra, que, como la esmeralda y el zafiro azul, merece un artículo propio.

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